La semana pasada oí un escalador criticar su rendimiento de escalada después de caer justo por debajo de la parte superior de una vía de 5.12. Hablaba de perder la posición del pie, lo que le hizo dudar y caer. Dijo que si hubiera escalado a la perfección, poniendo el pie preciso en la presa, habría triunfado. Comencé a preguntarme qué significaba “escalar a la perfección”. ¿Existe algo perfecto en el mundo y si es así. ¿qué es?
Los perfeccionistas exigen una actuación perfecta y rechazan cualquier cosa que esté por debajo de tal rendimiento. ¿Cómo es el rendimiento perfecto? Colocamos los pies, empujamos nuestras piernas, agarramos con nuestras manos y hacemos miles de otras cosas al escalar. Consideremos el escalador 5.12. Si lo hace todo “lo suficientemente bien”, entonces tendrá éxito en una vía de 5.12. ¿Qué sucederá en 5.14 a los escaladores de 5.12? Estos los escaladores en el 5.14 no lo hacen todo “lo suficientemente bien”. Tienen más habilidad y pueden colocar mejor los pies, empujar las piernas, etc. más perfectamente. Pero, ¿qué pasa con el rezonamiento de la perfección, cuando el escalador escala una vía de 5.15? Y más aún. Los futuros escaladores de 5.16 podrán hacer un trabajo perfecto como el de escalar vías de 5.12. Esto demuestra que la percepción del resultado final de escalar a la perfección es defectuosa.

Nos quedamos atascados cuando nos fijamos en los resultados finales que nunca se pueden entender completamente. Los objetos físicos y los esfuerzos no pueden ser perfectos, porque no hay cosas en su estado final como resultado de una cosa individual. ¿Puede un objeto como una silla ser perfecta? No importa cuán bien se fabrique, tendrá defectos. ¿Nuestros esfuerzos pueden ser perfectos? No importa lo bien que nos desempeñemos, siempre podemos refinar cómo escalamos.
El perfeccionismo es una enfermedad del ego, que nunca se satisface. Los resultados que creamos típicamente no alcanzan las expectativas del ego. Así pues con la necesidad del ego de sentirse validado, basado en el logro de metas, tememos emprender medidas. El perfeccionismo y el ego nos impiden emprender una ascensión a menos que estemos seguros de que podemos alcanzar un rendimiento perfecto. Nos hacen dudar a hacer cualquier cosa, porque todo tiene que ser perfecto.
Una de las mejores sugerencias para un perfeccionista es hacerlo todo mal. En este caso, no estamos preocupados para alcanzar un resultado perfecto. Aceptamos una calidad más pobre a cambio de una acción más rápida. La acción es clave. Es necesario aprender y ganar experiencia incremental para llegar a lo que uno podría considerar como un perfecto rendimiento de escalada.
Centrarnos en los procesos puede llevarnos más allá del perfeccionismo que nos demanda el ego. No vivimos en el vacío. Somos parte de un mundo más amplio y los procesos nos ayudan a integrarnos con él. Procesos, como descansar y pensar, nos conectan con una vía. No podemos descansar en el vacío, necesitamos agarrarnos en las presas que forman parte de la vía. Incluso el pensamiento no puede hacerse en el vacío. Recordamos las experiencias que hemos tenido en vías anteriores y pensar en cómo las comparamos con la vía que tenemos por delante.
Nos acercarnos a la perfección en un proceso que nos ayuda a aprender. Pasamos por un proceso de evaluación de nuestras fuerzas y limitaciones actuales, las comparamos con el desafío que representa la vía. La forma en que nos integramos con la vía representa la perfección del proceso, porque la roca refleja perfectamente nuestro nivel actual de habilidad. Así pasamos por un proceso que determina lo que hacemos bien y lo que todavía tenemos que aprender.
El cambio de la perfección del resultado final a la perfección del proceso nos permite estar atentos al proceso de aprendizaje que estamos desarrollando. Nos damos cuenta de lo bien que lo estamos haciendo, como el movimiento. ¿Qué tan bien estamos colocando nuestros pies, nos mantenemos relajados, nuestros movimientos son continuos, etc.? Tales observaciones nos dan información que podemos utilizar de inmediato para escalar en la roca de manera más perfecta, sin necesidad de satisfacer el ego de llegar a un estado final perfecto.
¿Existe la perfección en el mundo?. Es una forma perfecta en que partes aparentemente individuales se integran y se mezclan como un proceso. A veces ese proceso revela que nos faltan habilidades y nos caemos; otras veces el proceso revela que aprendimos más habilidades y lo logramos. De cualquier manera el proceso de mezcla funciona perfectamente, dada nuestra habilidad actual y el desafío de la ruta. Podemos escalar perfectamente ahora si somos conscientes de lo bien que la escalada y el escalador se integran. Esa integración revela un proceso perfecto que nos da oportunidades de aprender.
Consejo de práctica: Adaptarse e integrase
Cada esfuerzo de escalada revela lo bien que lo estás realizando. La roca es estática; eres tú quien te adaptas. Por lo tanto, no luches contra la roca, adáptate a lo que la escalada requiere en vez de resistirte a ella. A continuación, te centras en el proceso para ayudar a integrarte con ella.
Uno de los principales procesos que puedes hacer para integrarte con la roca es relajarse. La relajación le alinea con la gravedad para que puedas moverse eficientemente. Supervisa el nivel de tensión necesario para los movimientos. Luego, relájate en las presas, baja los talones y relájate de cualquier tensión innecesaria. Crearas un proceso perfecto de adaptación a lo que la escalada requiere y luego te integras con ella.