Hace unos años estuve enseñando a un alumno (llamado Richard) en La Muralla de Tennessee, cerca de Chattanooga. Richard quería trabajar en la mejora de su enfoque mental mientras escala de primero de cuerda. Escogí la vía “Área de Uso Múltiple”, en top-rope, es una ruta tradicional de 5.9. Richard escalo, pero cayó en la trampa, escalando hacia arriba, en lugar de hacer el flanqueo en diagonal a la izquierda, que es la línea natural de la vía. Después de descansar, continuo la escalada y se vino abajo. Su expresión lo decía todo: estaba decepcionado. Así que le pregunté, “¿Por qué estás decepcionado?” Me dijo que tenía un mal día.
Él tenía un mal día porque no logró el objetivo final ni conseguir lo que él deseaba. Le dije: “¿Crees que el aprendizaje te lo regalan? Es necesario esforzarse. Hay algo que tienes que aprender. ¿Qué crees que significa esta frase?: “Eso lo hice consciente de que estaba siendo motivado principalmente por el resultado final”. Le pico la curiosidad y quiso saber lo que tenía que aprender.
Creemos que tenemos un mal día cuando no nos realizamos como nosotros deseamos. Comenzamos a odiar nuestras vidas y la escalada. Cuando analizamos la situación, vemos que falta algo, el aprendizaje. La estrategia para lidiar con la decepción de tener un mal día, se centra en lo que nos gusta de lo que odiamos.
¿Qué es lo que nos gusta de lo que odiamos? Pongamos que nos encanta estar escalando nuestro proyecto; que damos lo mejor de nosotros, que aprendemos más de la ruta, que la escalada es difícil, no es fácil. Podemos amar esa escalada que ofrece maneras de aprender más sobre nosotros mismos. Si nos centramos en lo que odiamos, entonces no estamos enfocados en lo que tenemos que aprender. Si nos centramos en lo que amamos, sentimos curiosidad y el aprendizaje se produce de forma natural. Centrándonos en lo que amamos nos ayuda a aprender más rápido, lo que nos lleva a alcanzar más rápido nuestros objetivos.
Independientemente de nuestra actitud hacia lo que amamos de lo que odiamos, lo que hacemos es vivir una experiencia. Dedicamos tiempo de una manera u otra (amando o odiando), ya que vivimos una experiencia. Tenemos dos opciones: pasar el tiempo amando lo que hacemos o lo odiándolo. Si tomamos conciencia de la situación, entonces nos daremos cuenta de que preferiríamos amar lo que hacemos, en vez de odiarlo. Nos damos cuenta de que en realidad necesitamos aprender algo. Entonces podemos centrarnos en lo que tenemos que aprender.
Hablé con Richard sobre lo que tenía que aprender. Había escalado sin detenerse a pensar de antemano. Tenía que parar y pensar para prepararse. Hacer eso le habría ayudado a identificar donde estaría la próxima protección y le determinaría la dirección de la escalada, en diagonal a la izquierda, no hacia arriba. Si él se hubiera parado a pensar, él habría escalado de manera diferente.
Recordándonos a nosotros mismos de centrarnos en lo que nos gusta de lo que odiamos redirige la atención al aprendizaje. Centrándonos en lo que nos gusta, nos recuerda por qué estamos allí. El desafío de la escalada nos ofrece la materia prima para crecer como escaladores y seres humanos. No debemos odiar eso. Debemos amarlo. No vamos a tener un mal día; estamos teniendo un buen día. Podemos amar el desafío.
Práctica: Cambia el odio por amor.
El entrenamiento mental requiere el desarrollo de conciencia de ti mismo. El aviso es cuando te sientes decepcionado, desalentado … Odiando la vida. Cambia el odio por amor.
La situación en que nos estamos enfrentando es un reto. ¿Qué es lo que hace que sea un reto? ¿Qué te gusta de los retos?. Recuerda que la vida es un reto, y es a través de los retos que aprenderemos y crecemos. Ahora, haz un pequeño paso en la dirección de implicarte en reto. Concéntrate en lo que te gusta de lo que odias.