Yagyu Munenori, el maestro Samurai del siglo diecisiete, pensó que enseñar el entrenamiento mental era esencial para la enseñanza de la esgrima. Sabía que si la mente no estaba entrenada para gestionar las situaciones estresantes, los atletas no podrían aplicar sus habilidades del esgrima. Munenori utilizo para enseñar entrenamiento mental lo que aprendió del budismo y del maestro de Zen, Takuan Soho. Su objetivo era ayudar a los atletas a desarrollar lo que Takuan llamó “una mente libre”. Muchas de las frases que Munenori usó, contenían contradicciones como las famosas del Zen. Una de mis favoritas de Takuan es: “Puesta en ninguna parte, la mente estará en todas partes”.
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El entrenamiento mental tiene mucho que ver con la mente, pero profundizando en ella, nos damos cuenta que “la mente” es un concepto demasiado vago. Necesitamos entender el proceso mental, para que podamos desarrollar prácticas que nos ayuden en este entrenamiento. La tarea principal de la mente es centrar la atención. La habilidad para tener una mente que centre la atención se desarrolla en la mente libre que ilustro Munenori. Es el entendimiento que lo que Takuan y Munenori querían decir con “mente es la atención”. Saber cómo dirigir nuestra atención a la tarea, y mantenerla enfocada a ella, es lo que se necesita para tener una mente libre y hay varios pasos para conseguirlo.
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Primero, darnos cuenta en dónde reside nuestra atención. Sin conciencia, la atención tiende a permanecer en la mente, centrada en todas las tendencias limitantes. Vemos una escalada difícil y la mente piensa en lo estresante que será y cómo vamos a escalar. La atención fluye de la escalada de la roca a través de nuestros ojos, es en la mente donde se mezcla con todos nuestros recuerdos pasados de escaladas difíciles y permanece allí.
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En segundo lugar, dirigimos intencionalmente el flujo de nuestra atención. Saber que nuestra atención tiende a fluir en la mente, y permanecer allí nos permite invertir ese flujo. Dirigimos el flujo de nuestra atención de la mente a la escalada. Nos aseguramos de mantener esta dirección de flujo mediante la participación de nuestros sentidos de la vista y el tacto. Al centrar nuestra atención en la búsqueda de presas en la escalada y la sensación de los agarres, mantenemos el flujo de nuestra atención va de la mente a la escalada.
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En tercer lugar, tratamos de centrar nuestra atención en toda la situación (nosotros y la escalada) como Munenori sugirió: centrándonos en ninguna parte, por lo que estará en todas partes. ¿Cómo podemos enfocar nuestra atención “en ninguna parte” y tenerla enfocada “en todas partes?” Esto parece una contradicción, pero no lo es. La atención no se centra en ninguna parte porque no se centra en ninguna parte específica de una situación. Esto permite que la atención se expanda en todas partes de la situación.
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Un rendimiento eficaz requiere una fusión de partes en el conjunto. Por ejemplo, Munenori dijo a sus atletas que si ponen la mente en la espada del oponente, serán alcanzados; si ponen la mente en su espada, serán alcanzados. Centrando su atención en una parte (espada del oponente o su espada) mantiene su atención de centrarse en el todo y les hace fallar.
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El mismo consejo es relevante para la escalada. Si ponemos nuestra atención en la mano, fracasaremos. Si ponemos nuestra atención en el pie, fracasaremos. Tenemos que ser conscientes de cuánto presionar con el pie en un pequeño saliente, lo necesarios durante el cambio de posición de nuestro cuerpo. Necesitamos conciencia de todas las partes para que el todo pueda actuar como un conjunto de cuerpo y mente unificados. ¿Cómo hacerlo?
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Takuan enseñó a Munenori que si ponemos la mente [la atención] en ninguna parte, irá a todas las partes del cuerpo y se extenderá a lo largo de su totalidad. Diseminamos nuestra atención al todo, por lo que no está en ninguna parte en particular dentro del todo. Nuestra atención debe ser extendida para incluir el cuerpo y la escalada, la atención no reside en ninguna parte. Esto aumenta nuestra conciencia corporal, el posicionamiento corporal en el espacio y cómo el cuerpo se integra con la escalada en la roca. Por supuesto, este es un concepto general. Hay muchos casos en los que vamos a necesitar, por ejemplo en un paso delicado, un poco más de conciencia en la colocación del pie. Pero, si nos centramos demasiado en ese paso delicado de pie (una parte) vamos a cometer errores en otros lugares (el todo).
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Para luchar bien requiere participar en la lucha como un solo unificado cuerpo y mente, no por partes separadas. El brazo, la pierna y la mente no están haciendo lo suyo por separado, están unidos en una experiencia de combate, cada parte haciendo lo que es responsable de apoyar al todo. Nuestra atención se extiende por todo el conjunto, consiguiendo una idea de cómo todas las partes se están integrando. No nos concentramos en ninguna parte para que podamos concentrarnos en todas partes.
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