Audio eLesson_2015-0330
Hace ciento treinta y cinco años a 30 de Marzo de 1880, Yamaoka Tesshu, el maestro de la espada y creador de la Escuela de No-Sword, iluminado resolvió el koan (la cuestión): “Cuando dos espadas centelleantes se cruzan, no hay lugar para escapar, reacciona fríamente, tal como una flor de loto florece, con fuerza para perforar los Cielos” Tesshu resolvió el dilema con esta frase: El verdadero implicado se mueve sin dudarlo, a través de la confusión y el caos del mundo sensual, evitando toda dualidad .
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La solución de Tesshu contiene importantes referencias a la dualidad y a la unidad que nos ayudan a entender el entrenamiento mental. El entrenamiento mental debe abordar el tipo de mente que debemos tener cuando estamos inmersos en la acción, tanto si se trata de una lucha de espadas o en la escalada.
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En primer lugar, el koan está describiendo una pelea: cuando dos espadas centelleantes se cruzan. Por lo tanto, no estamos en el mundo de los pensamientos; estamos inmersos en la acción. Estamos en zona de estrés y no podemos escapar a la zona de confort. Tanto el cuerpo como la mente necesitan centrarse en la acción.
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En segundo lugar, la solución de Tesshu encarna procesos. Él comprendió que la mente piensa en dualidad al dar sentido a las cosas. Se entiende la luz, porque hay oscuridad. Se entiende el confort porque hay estrés. Sin embargo, Tesshu comprendió que para luchar bien, en una acción real, se necesita unidad. El cuerpo y la mente tienen que ser uno, no dos.
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Cuando dice “el implicado se mueve sin dudarlo”, señala que el cuerpo está involucrado en el proceso de la acción, sin dudas mentales. La mente no vacila porque no está pensando. No existe unidad si la mente está pensando. Si la mente piensa: “¿Voy a ganar o perder?” La mente se pierde en esta dualidad y duda, porque no está segura del resultado o si puede o no lograrlo.
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Tesshu continúa: “a través de la confusión y el caos del mundo sensual.” La vida y el crecimiento son estrés, lo que provoca confusión y caos de la mente. Y, “mundo sensual” se refiere a la forma en que interactuamos con el mundo. Interactuamos a través de nuestros sentidos. Recuerda, la referencia de este koan se refiere a la acción de “cuando las espadas centelleantes se cruzan”. No es momento para reflexiones mentales. Estamos interactuando con el mundo, el estrés, sensualmente, con nuestros sentidos y nuestra respiración. Se trata de procesos en los que centramos nuestra atención. Por último, “evitamos toda dualidad” ya que nuestra atención no se centra en la mente, en el ganar o el perder. El cuerpo se centra en la acción de la lucha. La mente es consciente, pero no participa en el pensamiento.
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La dualidad divide nuestra atención. Nos centramos en el resultado final futuro que la mente quiere lograr, mientras que el cuerpo está involucrado en el proceso actual de la lucha o la escalada. La unidad viene de tener la mente y el cuerpo centrados en el momento presente. El cuerpo está siempre en el presente: se mueve y respira de un momento a otro. Cuando participamos en la acción, tenemos que dejar de pensar, conseguir centrar la mente en el momento presente. La mente tiene que observar, para analizar los miles de millones de bits de información que percibe, procesarlos de forma intuitiva y manifestarse a través del cuerpo. La atención debe centrarse en los procesos corporales y no en los resultados finales mentales. Con la mente enfocada de esta manera, se logra la unidad entre cuerpo y mente.
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El entrenamiento del Camino del Guerrero enfatiza en centrar la atención en: “parar y pensar,” o “moverse y actuar con el cuerpo.” Esto es un pensamiento dualista. En los puntos de parada en una escalada, cuando estamos en zonas de confort. Analizamos la meta, la consecuencia, y desarrollamos un plan. Sopesamos la dualidad de nuestro deseo de lograr el objetivo de las consecuencias, y tomar una decisión. Luego, cuando nos comprometemos con la acción, en la zona de estrés, cambiamos la atención hacia el cuerpo, a los procesos de respiración y movimiento. No pensar es involucrarse. La mente es un observador del presente, con la información de la experiencia alimenta directamente el cuerpo de una manera intuitiva.
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La iluminación es simplemente un paso más allá de la comprensión dualista limitativa de la mente. Tesshu tardo 40 años de intensa práctica de esgrima y Zen para iluminarse. He estado estudiando intensamente y practicando el camino del guerrero la mitad de ese tiempo. Estoy empezando a entender como la mente se ilumina y la forma de observarla. Tal vez en 20 años más de estudio y práctica intensa voy a llegar a la iluminación?
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