En 2014 estuve en Puerto Rico para formar y escalar. Mis amigos en Puerto Rico me llevaron a Cayey, un peñasco de basalto en el interior, en un día de escalada. Me mostraron una ruta tradicional llamada “Head to Toe” me dijeron que era de 5.10c. Bueno, eso es lo que yo pensaba. La ruta seguía una grieta y terminaba con un poco de escalada en placa. Así, recogí el material y comencé.
En la ruta había varias posturas de descanso en las que podía colocar protecciones y analizar la siguiente sección. Identifiqué las características de la escalada e hice un plan de estos pasos. La escalada fue difícil, pero tuve la oportunidad de escalar a través de cada sección para llegar a la siguiente posición de reposo. Finalmente, llegué a los anclajes y bajé al suelo. Mis amigos estaban contentos de mí, diciendo: “Has hecho un 5.11d a la vista.”
Un problema común del entrenamiento mental es hacer el recorrido mental más difícil de lo que realmente es. Dejamos que la calificación de la ruta determine lo difícil que será la escalada para nosotros. Creemos que va a ser difícil cuando escalamos vías por encima de nuestro límite. Y pensamos que va a ser fácil cuando escalamos vías por debajo de nuestro límite.
Cualquiera de estas formas de pensar distrae la atención de la escalada de la vía real. Estamos subiendo una imagen en la mente en lugar de la roca de en frente nuestro. Hacer esto crea expectativas de dificultad o facilidad, que interfieren en la escalada.
Podemos ver el beneficio de pensar que estamos escalando un grado más fácil, como mi experiencia en “Head to Toe”. Nos engañamos a nosotros mismos, o nos engañan al tener la mente más relajada al escalar. Pensando que estaba escalando una 5.10c relajó mi mente para que pudiera concentrarse mejor. Trucos como este, sin embargo, elude el estrés para lograr fines a corto plazo. Hay beneficios al afrontar el estrés de saber el grado de dificultad real que estamos escalando. Sé consciente de tales trucos mentales y presta atención de nuevo a la situación real de ver lo más claramente como sea posible.
Por el contrario, podemos ver las limitaciones de pensar que estamos escalando un grado más duro. Hacemos la escalada más difícil de lo que realmente es. Tememos la calificación en lugar de centrarnos en las partes reales de la situación de escalada, como el tipo de agarres, posibles caídas y las protecciones.
Necesitamos claridad y objetividad. Veamos más allá de la imagen mental ya sea una imagen de dificultad o facilidad para que podamos ver las distintas partes de la ruta. Describamos estas partes de manera objetiva, lo que no hacemos al escalar “más o menos” lo que realmente es. Al describir las posiciones de las protecciones, las consecuencias de la caída y las posibilidades objetivas de la escalada. Así nos mantenemos curiosos ante cualquiera que sea la vía a escalar. Hacer esto nos ayuda a ser más objetivos y ver más claramente.
Los trucos mentales y las tácticas para eludir el estrés. El entrenamiento mental se ocupa de este tipo de trucos mentales y los elimina. El estrés se enfrenta directamente con el fin de aprender. Enfrentando el estrés y trabajar a través de él, construye una base sólida para involucrar nuevas situaciones de aprendizaje más estresantes. No hagas más difícil la ruta o más fácil de lo que realmente es. Mira la ruta tal como es y luego activa el estrés con plena conciencia.
Práctica recomendada: Focalízate en las posibilidades
Si no sabes la dificultad de grado de una vía, te ves obligado a centrarte en las posibilidades de la escalada. Tu atención no estará a lo difícil o fácil de la escalada; sino que va a estar en las acciones a tomar durante la escalada.
Ves a una zona de escalada que tiene vías desconocidas para ti. No mires la guía. Busca las vías que crees interesantes y selecciona con base en la consecuencia de una caída en lugar de la dificultad. Asegúrate de que tienes experiencia con este tipo de consecuencias. A continuación, te centras en las posibilidades que tienes para escalar estas vías. Más tarde se puede buscar en una guía para comprobar el nivel de dificultad. Te puedes sorprender lo que se puede escalar al centrarte en las posibilidades en lugar del grado.