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Hasta ahora hemos visto la importancia de la resistencia en la aplicación de la potencia. Sin resistencia no hay necesidad de aplicar la potencia. También hemos mejorado nuestra comprensión del estrés, al verlo como una oportunidad de aprendizaje. Hemos determinado la importancia de focalizarnos en el control interno para que la atención se centre en lo que podemos controlar. Y hemos lanzado nuestra potencia de forma decisiva cortando todas las opciones excepto la de escalada. Ahora, tenemos que abordar cómo la potencia puede disminuir por la sobre-valoración del resultado final.
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¿El fin justifica los medios? ¿La vía es más importante que la escalada? O bien, ¿Son los medios un fin en sí mismos? ¿Es el proceso de la escalada más importante? Hay que recordar que esta respuesta no puede ser formulada al azar, sino que tenemos que identificar lo que es más importante. Los objetivos finales son importantes porque nos dan la visión para dirigir nuestros esfuerzos. Una vez que se establecen los objetivos finales, toda la atención la debemos aplicar a los medios y el disfrute de la propia escalada.
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Determinado lo que es más importante, buscamos la manera más rápida para llegar allí. Vamos a utilizar trucos y tácticas que evitan el aprendizaje y nos sentimos frustrados cuando no avanzamos tan rápidamente como esperábamos. Más bien, debemos frenar nuestras mentes, estar receptivos al estrés, aprender de él e incluso disfrutar de él. Al reducir la velocidad de nuestra mente prestamos atención en el proceso, aportamos calidad al esfuerzo, y aceleramos el aprendizaje.
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Pasé por un largo proceso de aprendizaje de Gilgamesh. Más de 12 intentos en los que aprendí las ubicaciones exactas de los agarres, puntos de parada para la colocación de seguros y las secuencias de la escalada. No hay manera de acelerar el proceso de aprendizaje. Con un enfoque más lento me permitió conocer cada sector en profundidad y con niveles más sutiles.
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